El paso por Rafaela nos dejo dos sensaciones bien diferentes. Por un lado, la bronca por un nuevo abandono, pero por el otro la notable mejoría que tuvo la Chevy 63 para esta carrera nos llena de satisfacción e invita a mirar el futuro con optimismo. Si bien en clasificación no se pudo redondear una buena vuelta, el hecho de estar dentro del segundo respecto de la pole indicaba que habia buen potencial en el auto. El día domingo se confirmó lo bien que funcionaba, avanzando unos cuantos puestos en la serie. Y en la final, Pope venía haciendo una gran carrera, con varios sobrepasos que lo habían posicionado en el puesto 17 y la posibilidad de seguir para adelante. Pero (una vez más) la rotura del sistema del acelerador lo dejo con las manos vacías. Lo que reconforta es el avance de su auto y la sensación de haber encontrado el rumbo para volver a estar en los puestos de adelante Prensa Pope Bonelli
Los comentarios están cerrados.
|
AutorPrensa Pope Bonelli Archivo
Septiembre 2019
Categorías
|